November 01, 2015

Abrazo eléctrico: las anguilas se acurrucan para recargar las descargas


Es como chocar contra una cerca electrificada o recibir un disparo de una pistola eléctrica. Así describe un biólogo la experiencia de ser alcanzado por una anguila eléctrica.

"No lo harías voluntariamente una y otra vez", dijo Kenneth Catania, profesor de ciencias biológicas en la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, y autor de un nuevo estudio sobre el impactante comportamiento de las anguilas eléctricas.

Catania ha recibido descargas eléctricas varias veces desde que comenzó a estudiar la anguila eléctrica (Electrophorus electricus), un pez originario de las turbias aguas del Amazonas. Dotado de tres órganos productores de electricidad, el E. electricus puede enviar un pulso, o descarga, de electricidad de alto voltaje a través del agua hacia sus presas. Estas descargas no tienen como objetivo matar a la presa, sino simplemente desmovilizarla para que la anguila pueda consumir a sus víctimas con mayor facilidad, dijo Catania a Live Science. [Vídeo: Observa cómo una anguila eléctrica se enrosca alrededor de su presa]

Para visualizar cómo la anguila utiliza su carga eléctrica, trate de imaginar el cuerpo largo y delgado de la criatura como un imán delgado. Al igual que un imán, la anguila tiene dos extremos o polos. Cuando el animal envía un pulso eléctrico, la mayor parte de la carga proviene de su cabeza, que Catania llama el "polo positivo". La cola de la anguila sirve como el "polo negativo", enviando un pulso eléctrico mucho más débil que la cabeza, dijo Catania.

La mayor parte del tiempo, la E. electricus solo necesita la carga de su cabeza para desmovilizar a su presa. Sin embargo, el nuevo estudio de Catania demuestra que la cola de la anguila es en realidad muy importante. Al mover la cola hacia la cabeza, una anguila eléctrica puede duplicar la fuerza del pulso eléctrico que envía al agua, lo que le permite desmovilizar presas más grandes, según el estudio.

Para medir la energía que produce una anguila, Catania fabricó una especie de juguete para masticar, para lo cual colocó un pez muerto en un trozo de alambre. El pez estaba equipado con electrodos que podían medir el voltaje producido por la anguila. Luego, Catania colocó el juguete para masticar en el tanque con la anguila y lo movió, simulando una presa que luchaba. Efectivamente, las anguilas tendían a enroscarse alrededor del pez y, cuando lo hacían, emitían al menos el doble de su descarga eléctrica habitual, según descubrió Catania.

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